Testimonio de Marga Orell
En el embarazo de mis mellizos mayores descubrí, navegando por la red, en qué consistía la figura de la doula, pero no sentí esa necesidad. En el de mi hijo pequeño, sentí que quería transitar esta etapa de la mano de una, pero aún no estaba lista para hacerme caso, aún tenía mucho que aprender. Tiempo después y sin haber dejado nunca de aprender de mis hijos y de la maternidad en si misma, la vida me brindó la oportunidad de formarme acompañada de un hermoso y rico grupo de mujeres y ya no hubo espacio para la duda. Este era, y es, el camino que yo quería tomar.
La maternidad supuso para mí un inmenso y a ratos brutal “desaprendizaje”. Me di cuenta de que lo mucho que creía saber me era inútil en la mayoría de los casos y de que necesitaba para transitar esta etapa algo mucho más importante que los conocimientos. Necesitaba tribu.
Ahora que mis hijos son más mayores y desde un lugar un poquito más calmado, siento la necesidad de seguir armando tribu. Me resisto a dejar atrás esas emociones vibrantes y abrumadoras que se desbordan al inicio de cada nueva vida, de cada nueva familia. Quiero seguir formando parte de ello. Soy una especie de adicta a la oxitocina…
Me sobrecoge especialmente la etapa del puerperio y la lactancia. Ese momento de sentimientos tan frágiles, tan a flor de piel y que tantas mujeres se ven obligadas a vivir desde la soledad, la incomprensión y el juicio. Es un regalo poder brindarles una mano amiga…casi “maternar” a la madre reciente.
He vivido toda la etapa de formación como una bendición y ahora que justo me atrevo a decir “soy Doula”, se me ha brindado la oportunidad de poner en palabras algo que casi soy incapaz de describir.
Dicen de mí que tengo facilidad para la palabra…sin embargo ahora solo me sale una. Agradecimiento. A la vida. A todas las experiencias que me han traído hasta aquí, a iniciar lo que seguro será uno de los grandes viajes que disfrutaré en esta vida. Agradecimiento por poder compartirlo con tantas mujeres, las que ya me acompañan y las que espero conoceré en el recorrido. No era la meta ser Doula…sin duda es mi camino.
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